jueves, 22 de noviembre de 2012

Jornadas sobre literatura y nuevas tecnologías: LiburuTEKia


El pasado 13 y 14 de noviembre se celebró en la biblioteca foral de Bilbao el encuentro LiburuTEKia, unas jornadas dedicadas al muy interesante tema de la literatura y las nuevas tecnologías. En el programa hubo mesas redondas sobre las nuevas tecnologías desde el espacio público, los autores y cómo las utilizan, experiencias de edición digital y venta de libros electrónicos, blogs literarios y microrrelatos. Ante un panorama tan interesante no dudé ni un instante cuando me invitaron a participar. Y aprovecho esta ventana para agradecer una vez más la oportunidad de asistir, aprender mucho y hablar un poco acerca de sinerrata y lo que estamos haciendo.

No pude llegar a las charlas del miércoles, pero el jueves estuve allí desde primera hora, como oyente en las primeras tres mesas y aportando lo que pude en las dos últimas, claramente en inferioridad de condiciones ante la altísima calidad de mis compañeros. Mucho se habló y se compartió entre todos, ponentes y un involucradísimo público, pero me quedé con una idea que lanzó Kepa Murua y que comparto plenamente: este es el momento para arriesgar, para ser atrevido, transgresor e incluso raro, porque las posibilidades que se abren son infinitas. Tenemos aún muchos retos y cambios que afrontar gracias a las nuevas tecnologías, pero es ilusionante y muy estimulante poder experimentarlo de primera mano. Y yo me considero afortunada por poder hacerlo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Sobre la creación literaria

Nadie puede decirte cómo se escribe. Como mucho, cada escritor podrá contarte como él o ella escriben, intentando, deseando (más tú que el autor), que algo de lo que a ellos les funciona te funcione también a ti. Pongamos un ejemplo: en una entrada reciente la escritora Lucía Solaz Frasquet, autora de los libros Manuscrito en el Tiempo y Entre sombras, comentaba que le gustaba la parte de investigación del proceso de creación. En mi caso, es la parte que me resulta más difícil.

No menos difícil me resulta intentar dejarles algo de valor con esta entrega, teniendo en cuenta la existencia en el mercado de tantos libros excelentes sobre narrativa y la creación literaria de escritores renombrados y con una gran trayectoria, cuando yo apenas si voy a publicar mi primera novela en unos meses. De mientras, mi obra se concentra en lo que escribo en mi blog Errante y errata, algún que otro premio literario de poco calibre y la edición de algunos cuentos y poemas en antologías.

Ustedes se preguntarán (como lo he hecho yo) qué autoridad tengo entonces, para traer estos consejos. La verdad es que ninguna. Pero tal vez, solo tal vez, alguno de ustedes encuentre aquí algún dato interesante en el que no había pensado antes y eso es lo importante. Me considero escritora porque no sé vivir sin escribir. Eso es todo.

Pongamos ahora algunos ejemplos de los libros de narrativa que puedo recomendarles, los que a mí me sirvieron ya sea para darme confianza o por sus aspectos técnicos: El escritor y sus fantasmas de Ernesto Sábato, El zen en la escritura de Ray Bradbury, Una habitación propia de Virginia Wolf, Mientras escribo de Stephen King, La práctica del relato de Ángel Zapata, Para ser novelista de John Gardner y Escribir y reescribir de Gloria Fernández Rozas. Hay muchos más, claro.

jueves, 1 de noviembre de 2012

DRM: poner puertas al campo


Casi cada vez que se habla de internet y las distintas cortapisas que pretenden ponerse a las descargas llamadas ilegales de contenido digital, aparece la frase “No se puede poner puertas al campo”. A mí no me parece muy acertada porque en realidad sí se pueden poner, otra cosa es que sirvan para algo.

La semana pasada, a cuenta de una cliente de Amazon a la que esta empresa cerró la cuenta y dejó sin su biblioteca digital, por la que por supuesto había pagado, se multiplicaron en las redes y blogs los comentarios y artículos acerca de la conveniencia del uso del DRM por parte de los editores para proteger sus libros electrónicos. Curiosamente, no leí ninguno que no fuera contrario a este sistema.
Mucho antes de que sinerrata empezara su andadura, desde el punto de vista de una simple lectora digital, el uso del DRM ya me parecía una aberración. Por un lado, presupone que todo comprador va a hacer un mal uso del contenido. Por otro, penaliza, complicando el proceso de compra, gestión y lectura hasta límites ridículos, al lector que sí está dispuesto a pagar por ese contenido. Y además, pervierte el mismo hecho de la compra, que queda convertido en un alquiler, o licencia de uso. Eso sí, a precio de compra.

Es por estos motivos, y algún otro, que nunca tuve la menor duda de que sinerrata no usaría DRM en sus libros. Nosotros apostamos fuerte, ya lo sabéis, por el libro digital, pero queremos que sea cien por cien vuestro. Para hacer con él lo que os plazca, como haríais con uno de papel. A cambio solo os pedimos el máximo respeto hacia el trabajo de los autores, que tienen también el derecho a recibir una retribución por su tiempo, esfuerzo y contribución a una placentera lectura.

Nos alegra mucho, además, comprobar que cada vez estamos menos solos.