viernes, 22 de febrero de 2013

Sobre la creación literaria VI: Última entrega

Mi idea inicial era realizar diez entregas sobre la creación literaria; pero, lo cierto, es que resulta tan vasto el material ya existente con el que se cuenta que siento que lo que yo pueda aportarles es insignificante. Existe un océano de profesionales que han escrito al respecto antes que yo, con un nivel muy superior al que yo podría llegar a hacerlo en este momento. Por lo tanto, la anterior ha sido mi última entrega sobre la creación literaria.

Muchas gracias y muy cordiales saludos. ¡ Hasta la próxima entrada !

Maia L.B
http://maialoschblank.wordpress.com/
maiablank@gmail.com

P.D.: Estos son todos los posts que completan la serie:

Sobre la creación literaria

Sobre la creación literaria II: Desdoblamiento

Sobre la creación literaria III: Valentía

Sobre la creación literaria IV: Por qué escribimos

Sobre la creación literaria V: Sobre qué escribir

viernes, 15 de febrero de 2013

Autores y editores, ¿aliados o enemigos?



Esta semana he mantenido un par de conversaciones, con distintas personas, que me han hecho reflexionar sobre la peculiar relación que se establece entre autores y editores en este mundillo editorial. No solo entre aquellos que trabajan juntos, sino también en genérico, como si fuéramos especies distintas, habitáramos mundos separados.

La primera conversación fue con un amigo ajeno al medio editorial con el que comentaba la proliferación de empresas de servicios para autores que quieren autopublicarse. Mi amigo encontraba del todo razonable el surgimiento de este tipo de empresas “para ayudar a los autores a librarse de la tiranía de las editoriales”. No es que yo no encuentre razonable e incluso saludable que los autores se autopubliquen y además cuenten con profesionales que puedan ayudarles en el proceso, todo lo contrario, pero esa visión de los editores esclavizando y sometiendo a los autores confieso que me queda muy lejos. Es cierto que las editoriales somos una especie de cuello de botella para los autores, seleccionamos lo que queremos publicar y no todas las obras pasan el filtro. Por supuesto no somos infalibles ni las únicas voces autorizadas para decidir lo que debe llegar a los lectores y lo que no. Pero los editores que se precien de su labor nunca podrán ver a los autores como el elemento a explotar, sino como al proveedor de su materia prima. Somos nosotros, en definitiva, los que dependemos de ellos.

El siguiente motivo de reflexión vino en forma de pregunta: ¿Es más difícil trabajar con autores noveles porque desconocen el proceso de edición? El trabajo con personas es difícil, con algunas más que otras (sean o no autores), y si se trata de diseccionar, corregir, interpretar, modificar, adaptar... lo que otro ha pasado mucho tiempo creando, todavía más. Si no se conoce el proceso es posible que sea necesario ocupar algo más de tiempo en explicarlo o que se produzca algún malentendido por la tendencia (y aquí entono el mea culpa) a darlo todo por sabido. Pero ese mito de la eterna pelea entre autores y editores tampoco me parece que refleje fielmente la realidad.

Y para confirmar lo que ya sabía pero a raíz de estos intercambios ha pasado a primer plano, hoy mismo he recibido un precioso regalo de uno de los autores que publican con sinerrata: la compilación de todo el intercambio de emails entre nosotros, editora y escritor, desde que le pedí el manuscrito completo para valorarlo hasta que su libro salió a la venta. Es el relato de un trabajo conjunto, de una relación profesional que va evolucionando, termina siendo personal y es casi lo mejor de lo que hago (y digo casi porque lo mejor es que los libros que publicamos tengan lectores felices y satisfechos). Y dudo mucho que yo sea la excepción a la regla.

viernes, 8 de febrero de 2013

Evolución digital

Dentro de poco hará un año que pusimos a la venta nuestro primer libro, Manuscrito en el tiempo, y muchas han sido las novedades en el ámbito de la edición digital en este tiempo. Han aparecido nuevos modelos de lectores electrónicos, incluso uno tan barato que es difícil de creer (y que aún no ha llegado al mercado), se ha confirmado el crecimiento del uso de las tabletas frente a la tinta electrónica, han surgido nuevas plataformas de edición y distribución (como la de nuestros amigos de byeink) y también nuevos proyectos editoriales. Sin embargo, tengo la impresión de que los modelos de venta de ebooks han evolucionado poco, o no tanto.

Hace un par de días leía una entrada en el blog Ríos de tinta electrónica, y coincido con ella en que hay otros modelos posibles para la comercialización y distribución del libro electrónico que me gustaría que estuviesen más desarrollados. Me frustra especialmente el tema del préstamo en bibliotecas. Yo sí creo que hay lugar para los ebooks en las bibliotecas y que tiene sentido que estén dentro de sus colecciones. Precisamente estos facilitan enormemente la labor de préstamo de estas instituciones, que a su vez tendrán que satisfacer las demandas de un público cada vez más “digital”. En todo caso, las bibliotecas son los centros en los que se acumula la palabra escrita, donde se clasifica, conserva y se pone a disposición de todo aquel que quiera leerla, y como editora no tengo más opción que querer que los libros que publico estén en ellas. No puedo verlo como un modelo de negocio, es simplemente una cuestión de coherencia. Pero aún sigo buscando la manera y es que en esto, como en muchas otras cosas, el tamaño (de la editorial) sí importa.