jueves, 25 de agosto de 2016

El debate eterno

Volvemos a recuperar el ritmo en el blog cuando el verano ha traspasado ya su ecuador y el mes clásico de las vacaciones, agosto, se va acabando, pero a pesar de la escasez de noticias y novedades típica de estas fechas el eterno debate del libro de papel frente al digital sigue sin agotarse (sí se agota, en cambio, mi interés por seguir leyendo/oyendo/escribiendo sobre lo mismo).

Esta misma semana compartíamos en Facebook el enésimo artículo sobre si es mejor leer en un formato o en otro (nuestra opinión: lo mejor es leer), sin ir más lejos, pero la pieza que más me ha hecho pensar sobre el tema es esta publicada en el diario Bez, escrita por Txetxu Barandiarán, a quien admiramos y seguimos en su excelente blog Cambiando de tercio.

Me ha gustado que en el artículo se desmitifica ese gran cambio que, según el autor, anunciaban los gurús de lo digital, aunque creo que difiero en el punto de vista. En mi opinión, ese cambio ha sucedido, en el ámbito de los libros al igual que en muchos otros, lo que no ha ocurrido es la debacle augurada por una parte del sector. Coincido también en que el futuro de lo digital es aún incierto y múltiple, lo que no me parece ni bueno ni malo. Seguimos en el proceso de cambio y todavía no es fácil prever cómo seguirá evolucionando. No creo, sin embargo, que el creador (escritor) piense en papel o en digital sino que puede que su obra sea creada como un texto adaptable al formato papel o al electrónico indistintamente o que incluya recursos multimedia más propios del medio digital. Y tampoco comulgo con la idea de que el libro digital termine dejando paso a la gamificación; es sin duda una posibilidad que con certeza será aprovechada, del mismo modo que artistas de la imagen pueden utilizar el vídeo o quedarse en la fotografía para desarrollar su trabajo.

Es esta última afirmación, la del juego como destino último probable de la evolución del ebook, la que incluso me enfurece, lo admito, pues una vez más me parece que se pretende defender un formato, el papel, simplemente ninguneando al otro, el digital.